La miel de caña de Frigiliana, un tesoro único de 300 años de historia
En las raíces históricas de Frigiliana, un pequeño rincón en la comarca de la Axarquía, se encuentra el Ingenio Nuestra Señora del Carmen. Su historia se remonta a 1630 cuando el quinto Señor de Frigiliana, Íñigo de Lara, repobló la villa, plantando cañas de azúcar e instalando un trapiche junto al Palacio de los Condes. Casi un siglo después, en 1725, el Conde de Aguilar y Frigiliana dio inicio a la construcción de un ingenio azucarero, que hoy en día, con casi 300 años de existencia, sigue en pleno funcionamiento bajo el nombre de Ingenio Nuestra Señora del Carmen, una fábrica de miel de caña.
En sus inicios, el ingenio se movía con la fuerza hidráulica para moler cañas de azúcar, y el proceso de fabricación requería una gran cantidad de personal. Los cultivos de cañas de azúcar se extendían a lo largo de la costa andaluza, y el transporte se realizaba con mulas de carga.
Según Javier Mesa, jefe de ventas de la empresa, la evolución del ingenio, a lo largo del tiempo, es notoria. La fuerza motriz ha cambiado a la energía eléctrica, reemplazando la tradicional caldera de leña por una de gasoil, mientras que el envasado y etiquetado se han automatizado, reduciendo la necesidad de personal en la fábrica. "Aunque los cultivos de cañas de azúcar han desaparecido, el ingenio mantiene viva la tradición al importar jugos básicos para la producción de la miel de caña", relata Mesa.
El vínculo entre los habitantes de Frigiliana y la fábrica es innegable. El jefe de ventas manifiesta que muchos frigilanenses han trabajado de alguna manera en la fábrica o en sus alrededores, generando una rica tradición gastronómica local con la miel de caña. El Ayuntamiento de Frigiliana y la fábrica organizan anualmente el Día de la Miel de Caña para preservar este patrimonio cultural y gastronómico.
"La receta de la miel de caña es simple, utilizando solo jugo de caña de azúcar, pero la clave está en la elaboración", cuenta Mesa. Maestros meleros transmiten el saber hacer generación tras generación, asegurando la calidad y autenticidad del producto. Durante la zafra, entre marzo y mayo, se cortan las cañas, se extrae el jugo, se filtra y se calienta hasta lograr la textura y sabor deseados.
El Ingenio Nuestra Señora del Carmen ha sabido adaptarse a los tiempos modernos. La velocidad de envasado y etiquetado se ha mejorado, y aunque se mantienen elementos tradicionales como los filtros de 1909, se incorporan innovaciones para llegar al consumidor actual. Principalmente, abastecen a diferentes cadenas de supermercados y distribuidores de alimentación.
Mesa destaca con orgullo la singularidad de su empresa al proclamar que son la única fábrica tradicional de Europa continental. Su producto estrella, "un superalimento", se distingue por poseer menos calorías que los azúcares o la panela, a la vez que ostenta una mayor cantidad de nutrientes que los edulcorantes convencionales.
La versatilidad de este producto en la cocina es notable, ya que puede utilizarse tanto en recetas tradicionales como en platos modernos. Desde endulzar café o infusiones hasta aderezar berenjenas fritas, buñuelos de bacalao y queso fresco, este producto se convierte en un aliado culinario excepcional. Además, su aplicación se extiende a la elaboración de diversas salsas, como la barbacoa, la de miel y mostaza, así como en la creación de vinagretas. No se limita solo a la cocina salada, sino que también encuentra su lugar en repostería, en la confección de licores y cervezas, demostrando así su adaptabilidad y presencia en distintas facetas gastronómicas.
Con una oferta que destaca por ser un "superalimento" con menos calorías y más nutrientes, la miel de caña sigue siendo un tesoro gastronómico que trasciende fronteras.